Debido a la evolución, las muelas del juicio tienden a desaparecer; incluso hay personas que ya tienen ausencia de ellas. En muchos casos se hacen exodoncias de las mismas porque pueden provocar más perjuicio que beneficio.
Las muelas del juicio pueden crear complicaciones tales como: inflamación e infección en la encía, dolor severo e incluso de cabeza provocado por la presión que ejercen cuando erupcionan, destrucción de los segundos molares, creación de abscesos y creación de quistes si los cordales se encuentran retenidos en el maxilar.
En otras ocasiones, aunque las muelas del juicio no causen estos trastornos, también es recomendable su extracción; como en el caso de tratamientos de ortodoncia. Bien porque no hay espacio suficiente para albergar todas las piezas, o bien porque podrían empujar los dientes y desalinearlos.
Siempre es recomendable la extracción en cualquiera de estos casos ya que su utilidad es prácticamente nula.